Un asesinato - Anton Chejov

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Un asesinato - Anton Chejov. Libro para leer gratis online y descargar en PDF. Fuente: Universidad Rafael Landívar - Guatemala
Introducción
U N
A S E S I N A T O
A N T O N
P .
C H E J O V
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UN
ASESINATO
I
En la estación de Progónnais se estaban celebrando las vísperas.
Ante la gran imagen pintada
con vivos colores sobre fondo de oro, se agrupaban
los empleados de ferrocarriles con sus mujeres e
hijos, y también los leñadores y aserradores que trabajaban en las inmediaciones, a lo largo de la línea.
Todos se mantenían en silencio, fascinados por el
brillo de las luces y los aullidos de la nevasca que,
cuando nadie la esperaba, se había desatado a pesar
de estar ya en vísperas de la Anunciación.
Oficiaba
el viejo sacerdote de Vedeniápino y el canto corría a
cargo del salmista y de Matvei Teréjov.
La cara de Matvei resplandecía de felicidad;
alargaba el cuello como si quisiera salir volando.
Cantaba con voz de tenor y recitaba con el mismo
timbre, poniendo en ello un dulce vigor.
Al llegar a
3
ANTON
P.
CHEJOV
«La voz del Arcángel», empezó a agitar la mano
como un director de orquesta y, procurando ajustarse al sordo bajo del sacristán, dejó oír una complicada floritura.
Veíase que esto le producía gran
satisfacción.
Terminadas las vísperas, todos se dispersaron
tranquilamente.
Volvieron la oscuridad, el vacío y el
silencio que sólo se observa en las estaciones de ferrocarril levantadas en pleno campo o en el bosque
cuando el viento silba y no se oye nada más, cuando
se siente todo el vacío que reina alrededor, toda la
angustia de la vida que transcurre pausadamente.
Matvei vivía no lejos de la estación, en la posada
de un primo suyo.
Pero no sentía deseos de volver a
casa.
Se había quedado con el cantinero, detrás del
mostrador, y contaba a media voz :
-En la fábrica de azulejos teníamos nuestro coro.
Y he de decirle que, aunque lo componíamos
simples obreros, cantábamos de veras, magníficamente.
A menudo nos hacían ir a la ciudad, y cuand...