La mesa, el asno y la vara maravillosa

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Autor: Grimm
Fuente: http://www.biblioteca.org.ar/
Introducción
Grimm
La mesa, el asno y la vara maravillosa
Había una vez un sastre que tenía tres hijos y una cabra.
Como la cabra
daba leche para toda la familia, era necesario procurarla buen pasto, y
llevarla al campo todos los días.
Los hijos se hallaban obligados a esto y
lo hacían por turno.
Un día la llevó el mayor al cementerio, donde había
yerba muy crecida, que comió con extraordinaria alegría dando muchos
saltos.
Cuando volvían a casa al anochecer, la preguntó el mancebo.
-¿Has comido, cabra?
A lo que le contestó.
Estoy atascada,
Saciada.
¡Bah!, ¡ba!
-Vamos a casa, dijo el joven y cogiéndola por la cuerda la llevó al
establo, donde la ató.
-Ha comido la cabra todo lo que quería, dijo el sastre viejo.
-Sí, contestó el hijo, está atascada y saciada.
Mas queriendo el padre asegurarse por sí mismo, fue al establo y se puso a
acariciar a su querido animal, diciéndole.
-¿Cabrita, has comido bien?
La cabra le contestó.
¿Cómo había de comer,
si no he hecho más que correr
sin hallar una hoja que pacer?
¡Beh!, ¡be!
-¡Qué viejo!, dijo el sastre, y saliendo del establo, regañó a su hijo.
-Embustero, no me has dicho, que la cabra estaba harta y ha vuelto en
ayunas.
-Cogió encolerizado la vara de medir, y le echó de la casa dándole de
palos.
Al día siguiente tocaba la vez al hijo segundo, quien buscó a lo largo del
cercado del jardín un lugar bien provisto de yerba y la cabra cortó hasta
el último tallo.
-Por la noche cuando se trataba de volver la preguntó.
-¿Has comido, cabra?
A lo que contestó.
Estoy atascada,
Saciada.
¡Bah!, ¡ba!
-Vamos a casa dijo el joven y la llevó al establo, donde la ató.
-¿Ha comido la cabra todo lo que necesitaba?, dijo el sastre.
-¡Oh!, sí, contestó el hijo, está atascada y saciada.
El sastre que era aficionado a verlo todo por sí mismo; fue al establo y
preguntó.
-¿Cabrita, has comido bien?
A lo que respondió la cabra.
¿Cómo había de comer,
si no he hecho más que correr
sin hallar un...